Todos hemos experimentado un mal liderazgo.
- Orientado a los resultados pero de carácter incoherente.
- Decisivo y fuerte, pero imprevisible en circunstancias difíciles.
- Seguro de sí mismo y carismático, pero carente de un interés genuino por las personas a su alrededor.
Así que nos encontramos en un momento de nuestra vida laboral en el que todos pedimos algo más a las personas que nos dirigen y a la forma en que dirigimos a los demás.
- Humildad.
- Integridad.
- Autodisciplina.
- Empatía.
Queremos líderes que se dirijan a sí mismos incluso mejor de lo que dirigen en su trabajo.
La pregunta más importante es: ¿erestú el líder que quieres ser?
El primer paso es tomar conciencia. Averigua cómo experimentan tu liderazgo las personas que te rodean.
Y el resultado es costoso...
Los empleados que no están comprometidos o que están activamente desvinculados cuestan al mundo 7,8 billones de dólares en productividad perdida. El coste de sustituir a un empleado puede oscilar entre la mitad y el doble de su salario anual. Y la solución no es simplemente mejorar los incentivos económicos.
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Previsualice el informe detallado que recibirá con la Evaluación del Pulso del Liderazgo.
